SAM
Desgraciadamente el Lunes llego y con él, el tener que ir a
trabajar. Me levanto a las siete, me doy una larga ducha que me hace
despertarme del todo. Cuando termino me visto con unos pitillos azules, una
blusa blanca junto con una chaqueta fina de media manga verde y para terminar
me calzo mis botines beis.
Bajo a desayunar con mi madre que ya está esperándome con su
taza de café en la mesa, yo me preparo enseguida mis cereales Special K junto con un zumo de naranja,
me siento a su lado. Hablamos de todo un poco, pero sobre todo, de su visita de
ayer al abuelo. El cual, me cuenta ella, se quejó porque ya hace un tiempo que
no me paso a verlo. La verdad es que tiene razón para quejarse, ya que desde
que la abuela murió mis visitas han ido disminuyendo en un corto periodo de
tiempo. Lo cual hace que me sienta mal. Le prometo a mi madre que me pasare a
verlo en cuanto pueda. Terminamos de desayunar y ya cada una coge su camino.
Cojo mi bolso y mi móvil y mientras camino hacia el coche
miro si Giorgio me ha escrito. Entro en notificaciones, tengo un mensaje. Mi
corazón empieza a acelerarse de solo pensar que puede ser el. Pero todas mis
esperanzas se espuman al ver que el mensaje es de Pilar diciéndome que le han regalado dos pases para un desfile de
moda para el Miércoles y que si la quiero acompañar. Le respondo que sí y que
gracias por contar conmigo.
Me monto en el coche y mientras arranco me digo a mi misma,
que ningún hombre se merece que lo estén esperando eternamente. Algo muy de
Adri.
La verdad que en cuanto me pongo a trabajar, toda mi mente
desconecta, es lo que me suele pasar cuando tengo una cámara en las manos. Es
como que dejo de pensar. Así pues la mañana se me pasa volando y cuando me
quiero dar cuenta ya estoy de vuelta en
casa.
Nada más entrar dejo mi bolso en el recibidor y me quito los
botines. Me dirijo hacia la cocina cuando algo en la mesa del comedor me llama
la atención. Me acerco, y me doy cuenta que es una roja rosa, es preciosa, y
junto a ella hay un pequeño sobre en el que pone mi nombre. Abro el sobre, y
leo la nota.
Se me hace imposible reprimir una sonrisa cuando acabo de
leerla.
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