ADRIANA
¡No puede ser! ¡Es el! No me lo creo ¿Qué hace aquí el chico
del bar de anoche?, claro por eso decía que nos veríamos pronto, ya me cuadra
todo pero ¿cómo sabría donde trabajo? ¿Y qué hará aquí?
Me limito a entrar en la oficina, sin que parezca que estoy
un poco sorprendida y algo nerviosa por haber visto a este chico tan
misterioso.
-Pasa, pasa Adriana, este es el dueño de todas nuestras
empresas el señor Aiden.
¿Cómo? ¿El dueño? No me lo creo, me quedo blanca como la
leche y él está hay tan tranquilo como si no me hubiese visto nunca en la vida,
con cara de seriedad sentado en la silla sin mover ni una pestaña.
-Y ella señor Aiden es nuestra directora de marketing de
esta empresa. –Le comunica Mr. Thomson al dueño de la empresa.
-Encantado señorita Adriana. –Me responde con una mirada
penetrante y muy descarada, no lo voy a negar me resulta muy sexi y seductora
la manera en la que me mira. Aunque es una mirada muy diferente a la de anoche.
-Encantada. –Me presento yo, estrechándole la mano y
sosteniéndole la mirada intentando parecer que no lo conozco de nada y en
realidad no lo conozco es un desconocido para mí, ni siquiera hemos cruzado
palabra alguna antes de esto, solo miradas en aquel bar en el que un hombre
como él no tiene cabida en ese lugar, no sé qué haría allí, ni como fuimos a
parar al mismo sitio justamente los dos, fue una casualidad bastante fortuita.
-El señor Aiden está
de viaje aquí en Nueva York y ha aprovechado para visitar su empresa
aquí, y tenía mucha curiosidad de conocer a nuestro personal más cualificado y
más importante en ella. –Me comunica Mr. Thomson.
Yo asiento con la cabeza a modo de confirmación. Intento que
no se note mucho que estoy algo nerviosa por la presencia del que se supone que
es mi jefe, es increíble, ha intentado ligar con migo mi jefe. Espero que no
intente hablarme de lo de noche, a lo mejor hace como si nada hubiese pasado,
creo que es lo mejor.
-Bueno me encanta como llevas la empresa Thomson, el personal
es por lo que veo muy cualificado. –Dice Aiden
-Si aquí todos trabajan mucho, la señorita Adriana se
encarga de aprobar todos los diseños para nuestras campañas publicitarias y dar
las nuevas ideas a su departamento, tiene varios ayudantes que ella sola dirige
es muy profesional.
-Ya veo. –Contesta con cara de concentración, como de estar
interesado en lo que está diciendo.
Me mira, y yo trago saliva.
-Bueno creo que va siendo hora de que me vaya, tengo algunos
asuntillos que terminar, si me disculpa señor Thomson, y encantada de conocerlo
señor Aiden. –Digo intentando largarme de allí lo antes posible.
Entonces me levanto de la silla, Aiden me agarra de la mano
y me la besa.
-Igualmente, señorita Adriana. –Dice cogiéndome de la mano y besándomela
cuando yo me dispongo a levantarme para salir de allí.
Entonces trago saliva, hago un gesto de sonrisa leve y salgo
de la oficina para dirigirme a la mía.
Dios mío he pasado un momento demasiado tenso, espero que no
volver a tener otra situación como esta nunca.
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