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27 de septiembre de 2015

CAPÍTULO 4

                                                                     ADRIANA



Puff… llevo aquí sentada en la mesita de mi escritorio delante de una hoja de papel 2 horas, ¿Que me pasa? No consigo que se me ocurra nada para la nueva campaña, a lo mejor debería dar una vuelta a ver si así se me ocurre algo, al final opto por arreglarme un poco y bajar a dar una vuelta a ver si se me viene alguna idea, decido no coger el coche porque si no, no sé dónde voy a acabar, cuando voy a salir decido tirar recto. voy pensando en tantas cosas que no me doy cuenta ni  a donde voy, entonces, de repente, me paro delante de un bar, que nunca había visto por esta zona, es diferente, muy simple, la fachada está pintada de color rojo sangre, la puerta es de madera de roble, y las ventanas tienen rejas de hierro forjado, la verdad aun no sé por qué pero sin que me dé tiempo a procesarlo, mis piernas como si tuvieran vida propia ya me llevado dentro del local, es muy luminoso, hay bastante gente, tanto en la barra como en las mesas, todo está muy tranquilo la gente de las mesas habla bajo sobre sus asuntos, y el camarero está apoyado en la barra de espaldas a mí, la gente de la barra parece exhausta de todo, parece que solo quieren olvidar algún problema que tienen, entonces me acerco a la barra y me coloco al lado de un señor que tiene una pinta algo extraña, tiene una barba de al menos 3 días huele mucho a ron y cerveza, viste con una gabardina marrón clarito algo sucia y toma bebida en silencio y con una cara de preocupación o resignación por algún asunto, pero yo no seré quien lo averigüe, eso seguro, me limito a mirar a los alrededores y cuando me quedo distraída y pensando oigo una voz.

-¡Eh señorita! –Me dice el camarero mientras chasquea los dedos en mi cara para llamar mi atención.

-¿sí? Lo siento es que estaba un poco distraída.
-Ese señor de allí al fondo le invita a tomar esto. –Me responde el camarero.

Entonces me dispongo a mirar en aquella dirección y veo un chico guapo, alto de pelo rubio rizado, de constitución fuerte, con chaqueta de cuero marrón y una mirada penetrante, en cuanto me doy cuenta de que me está mirando me ruborizo y aparto la mirada lo más deprisa que puedo.

-Dígale que muchas gracias.  –Le contesto al 
camarero.

El camarero hace un gesto con la cabeza de confirmación y se dispone a ir a su mesa a contestarle, y  en cuanto el camarero se lo dice, él eleva la cabeza para mirarme y me echa una leve sonrisa picaresca,  entonces le dice algo al camarero y él le entrega un bolígrafo, coge una de las servilletas del servilletero y escribe algo en ella, la verdad no sé qué es, y estoy un poquito intrigada, este hombre tan misterioso le entrega la servilleta al camarero y el me la entrega a mí.

-Señorita esto es para usted. –Me dice el camarero con una sonrisa muy escondida.

No le contesto simplemente trago saliva, y la leo.

Señorita, cuando ha entrado me he fijado en que venía un poco desorientada por lo que me imagino que no suele venir por aquí, tranquilícese no soy ningún pervertido solo un hombre curioso que se ha perdido en sus ojos profundos, no la invito a quedar porque presiento que pronto nos volveremos a ver. Hasta luego.


Cuando voy a dirigir la mirada hacia él, ¡Ya no está sentado en la mesa! y me quedo blanca como la leche, se ha ido y no me he dado, cuenta que misterioso es. Debería de tener miedo, podría ser un psicópata, pero la verdad es que no tengo miedo, y no es porque él me haya asegurado que no es un pervertido ni nada parecido, sino porque me mata la intriga, siento mucha más intriga que miedo, su forma de mirar, su manera de sonreír, no sé, pero no me inspira miedo, ni desconfianza, solamente intriga y curiosidad.

26 de septiembre de 2015

CAPÍTULO 3

             
                          SAM





He estado todo el espectáculo distraída, sin prestar demasiada atención a diferencia de mis amigas que están emocionadísimas por cada acrobacia que hacen aquellos hombres con las motos. Pero me esfuerzo por mostrar algo de atención a lo que hacen al menos por respeto a ellas que me han pagado la entrada. Son saltos, acrobacias y diversas cosas que me parecen realmente peligrosas, el chico que está haciendo un doble salto acelera aún más la moto, para acabar en el suelo después perfectamente sano. Todos los presentes allí aplaudimos incluida yo, sin saber por qué ya no puedo dejar de mirar. Me ha cautivado todo lo que hace con aquella moto y como se mueve con ella. Su rostro está oculto por un casco. Maldigo por no poder ponerle cara a aquel amante del peligro. Trascurridos unos  minutos más de los cuales apenas pestañeo, por fin acaba el espectáculo. Salen todos los motorista a despedirse, nosotras ya nos estamos levantado de nuestros asientos cuando entonces lo veo, se acaba de quitar el casco para hablar con uno de su compañeros.

Me paro en seco haciendo que mis amigas que van detrás de mí también se detenga.

Es guapo, para que mentir, Es guapísimo. Rubio, ojos azules y además tiene una minúscula cicatriz en la mejilla que le hace parecer aún más sexy de lo que ya me lo parece a mí.

-Pero tira que sino no vamos a salir nunca de aquí –Me dice Susan mientras me empuja un poco para que empiece a andar.

Aparto la vista del rubio para poder empezar a caminar hacia la salida.

Después de varios empujones por algunas personas maleducadas que tienen prisa por salir del recinto conseguimos salir de allí. Susan y Pilar se paran a comprar unas camisetas como recuerdo de este día mientras que Tiffany y yo nos dirigimos hacia el aparcamiento.

Como tardan mucho en venir, decidimos salir del aparcamiento con el coche y acércanos hasta el puesto de las camisetas para recogerlas ya allí.

Arranco el coche y doy un poco la marcha atrás para salir, se levanta un poco de polvo ya que el aparcamiento es un terreno de tierra mal cuidado. 
Mi coche acabara lleno de mierda.

-Dale un poco más para atrás para salir mejor que aun puedes –Me sugiere Tiffany.

Yo asiento a modo de respuesta.

Le doy un poco más para atrás, entonces noto una leve caída del culo del coche hacia atrás lo que hace que me dé un fuerte golpe en la nuca, me duele la cabeza, le pregunto a Tiffany si está bien y ella asiente. Cuando quiero acelerar no puedo, lo intento otra vez, pero nada que el coche no tira. 
Apago el motor y me bajo del coche.

-¿Qué es lo que pasa? –Pregunta un poco asustada mi amiga.

-¡Mierda! La parte trasera del coche se ha hundido en una especie de hoyo…

-¿Y ahora qué hacemos?

-Vamos a esperar a que vengan estas y ya después intentamos ver si podemos empujar para sacarlo. –Mientras me apoyo en el capo.

Susan y Pilar vienen la mar de contentas, pero en cuanto nos ven a Tiffany y a mi sentadas fuera del coche ya se imaginan que algo malo ha pasado.

-¿Qué habéis hecho? –Pregunta Pilar con los ojos abiertos como platos.

-Esas caras son de que la han liado –Comenta Susan.

Les explicamos lo que ha pasado y después de mucho intentar sacar el coche sin ningún resultado nos damos por vencidas. Al final acabamos las cuatro apoyadas en el capo y sin saber qué hacer, intentamos llamar a la grúa pero resulta que van a tardar un par de horas en llegar.

Ya está anocheciendo cuando uno de los guardias abre una de las puertas traseras del recinto.

Y minutos después sale un Q7 negro metalizado.

-¡Hey por favor pare! –Grita Susan mientras se pone delante del coche.

-¡Pero qué haces loca que te van a atropellar! –Grito mientras intento apartarla.

-Que es para que nos ayuden –Me informa.

El coche se para y nos acercamos hasta la ventanilla del conductor, este la baja. Es un tipo moreno, pero debe de tener ya su años por que se le notan ya alguna que otra canilla. Lleva unas gafas que ocultan sus ojos.

-¿Les pasa algo chicas? –Pregunta con una voz ronca.

-La parte trasera del coche se nos ha quedado hundida en un hoyo y nosotras no tenemos la suficiente fuerza como para sacarlo.

-No sé si las podremos ayudar. –Dice muy serio.

-Por favor –Le suplica poniendo cara de pena Tiffany.

-Esperad que pregunte por aquí, un segundo. –Mira hacia los asientos traseros. - Qué os parece, ¿tenéis tiempo para ayudarlas?

-Nosotros siempre tenemos tiempo de sobra para ayudar a las chicas –Dice una voz masculina.

Una de las puertas del coche se abre y empiezan a bajar varios chicos. Mientras bajan les damos las gracias ya de ante mano por ayudarnos.

-Madre mía como están los chicos –Nos susurra Pilar mientras mira a uno de arriba a abajo.

-Giorgio baja ya de una vez. –Le dice el hombre serio con la voz ronca a alguien que se ha quedado en el interior del coche.

Todas nos giramos para ver cómo es ese tal Giorgio.

Tal es mi sorpresa al ver que es el motorista rubio de ojos azules. Lleva unos pantalones de chándal gris y una camiseta blanca, la cual deja poco a la imaginación, junto a una chaqueta de cuero.

Cuando pasa por mi lado me guiña un ojo. Gesto al cual le respondo con una sonrisa.

Después de que los chicos saquen el coche, Susan y Pilar les piden eufóricas como si de unas fans se tratasen que les firmen las camisetas.

Yo niego con la cabeza ante aquella escenita. Tiffany se ríe.

Cuando terminan de firmarles, el tal Giorgio se dirige hacia mí. Me empiezo a poner un poco nerviosa con la forma en la que me mira.

-¿Quieres que te firme algo? –Me pregunta con ese acento que era tan… ¿perfecto?

-Noo –Le digo nerviosa,- Yo es que no he comprado nada.

Él me mira fijamente.

-Extiéndeme el brazo.



No sé lo que va a hacer pero hago lo que me pide, me lo sujeta con una mano y con la otra en la que tiene un rotulador apunta una serie de números en mi piel.

18 de septiembre de 2015

CAPITULO 2

                                                           ADRIANA



A veces me siento tan sola, no sé si saldré esta noche Míster. Thomson el director de las empresas de moda y belleza más importante de toda nueva york, es decir mi jefe necesita un nuevo proyecto para mañana y todavía no tengo nada, además con quien saldría ¿Carolain, y Meg? (mis amigas y compañeras de trabajo desde que llegue aquí) Puf... nono, no creo seguro que a estas horas ya tienen planes, en estas ocasiones echo mucho de menos a Sam ¿Cómo estará ahora?, Hace 3 semanas que no hablo con ella por teléfono  y dos años que no la veo.

Me acuerdo de cuando nos quedábamos a dormir en su casa, su madre nos hacía chocolate caliente por las mañanas cuando hacía mucho frío, echo mucho de menos esas noches de inviernos hablando hasta las 4 de la mañana de las clases, de nuestras compañeras de clase, de quien nos gustaba, de nuestros desengaños amorosos. Todavía me acuerdo de cuando la conocí es uno de mis pocos recuerdos de cuando tenía 4 años, esa niña pelirroja, de ojos color miel, que apenas sabia decir hola en español, la veía hay en la arena del patio jugando tan sola con el cubo y el rastrillo, haciendo castillos con la arena, que pensé en ir a decirle que si podía jugar con ella desde ese momento desde el primer castillo juntas, desde el primer hola, ya fuimos inseparables, la echo tanto de menos.

En fin tengo que centrarme en el proyecto ahora ella está en España y yo en nueva york donde me ascendieron nada más terminar mi carrera hace 2 años, el director de una de las empresas más importantes de todo estados unidos estaba buscando nuevas ideas y nuevas caras para su empresa, y empezó a buscar gente nueva,  a lo que se fijó en  unos de mis proyectos para la universidad pensó que era lo que estaba buscando para su nueva campaña de un nuevo producto de maquillaje. Y desde entonces empecé poco a poco a trabajar en una de sus empresas en España, hasta que al año siguiente me ascendieron como directora de marketing en nueva york en una de las empresas más importantes que tiene para que me hiciera cargo de dicho departamento.


En fin que las cosas son muy diferentes ahora, y en ocasiones me encantaría estar hay con mi familia y mis amigas, hoy no me concentro a lo mejor debería salir y despejarme, no no el proyecto Adriana.

12 de septiembre de 2015

CAPITULO 1


                                        SAM
                  

Estoy casi lista, un poco de rímel en las pestañas, un poquito más de coloretes color rosita pálido y…

-¡Sam! ¡Ya estas lista! ¡Tus amigas te esperan!

-¡Siiiii mamá ya voy!

Puf… No me dan ni un minuto para terminar de retocarme, vale que siempre empiezo a última hora pero deberían estar acostumbradas, me doy los últimos toquecitos, me miro un poco más en el espejo y estoy lista, al final me he decidido por un unos short cortos vaqueros y una camiseta blanca con rallas rosas que en medio pone mi frase favorita:

    Si todos los caminos llevan a roma ¿Cómo se sale de roma?

Me encanta esa frase, consigue que me quede pensando en ello mucho tiempo, también me he puesto mis vans blancas, el pelo me lo he rizado un poco y me lo he dejado suelto.


Cuando mi madre está a punto de volver a gritar mi nombre para llamarme como si fuese una cabra, bajo las escaleras y allí están mis amigas sentadas en el sofá marrón canela que tenemos en el salón y tomando un vaso de agua esperando, seguro que mi madre les ha obligado a sentarse y les ha invitado a tomar algo mientras esperan para no tenerlas de pie junto a la puerta del descansillo.

-Bueno ¿nos vamos?

-Ya era hora tía llevamos esperando un cuarto de hora ¿Quién te crees que eres parís Hilton? –Dice Susan.

Susan es la más gruñona de todas, tiene 23 años, tiene el pelo de color rubio platino, ojos verdes esmeralda, suele vestir un poco más pija siempre que las demás, siempre se las está dando de importante y participa en todo lo que puede. En realidad es que creo que no le gusta tener tiempo libre para pensar, siempre se está liando con unos y con otros, y últimamente nunca tiene tiempo para las amigas, hoy es un milagro que haya podido quedar porque supuestamente está muy liada preparando el certamen de ortografía de nuestro antiguo instituto, ya ves tú, hay solo se apuntan friquéis, en fin, esta muchacha está muy perdida, pero yo la quiero mucho no me creo que hayan pasado 3 años desde que la conocí en aquella clase de literatura en la universidad a la salida casi le pegan una panda de matonas, si no hubiera intervenido seguramente no estaría viva ahora eso es lo que pasa si te las das de mejor que otra persona jaja pero cuando la conoces te das cuenta que es una súper amiga, siempre ha estado cuando la he necesitado, me ha animado cuando no tenía a nadie, y en fin es una gran amiga, una de mis mejores amigas.

-Joder tía parece que no me conoces ya sabes como soy. –Le digo.

-Ya pero siempre nos haces lo mismo, quedan 20 minutos para la actuación y está en el quinto pino a ver si nos da tiempo a llegar. –Contesta Susan. Y frunce el ceño a modo de enfado.

Entonces pilar otra de mis  amigas de las que estaban sentadas en el sofá, se acerca a Susan y se dispone a decir algo.

-Venga pedazo de puta si ahora tu estas saliendo con uno que tiene coche dile que venga a por nosotras y nos lleve que seguro que no le cuesta nada además a ese chico se le cae la baba por ti, le dices ven y en dos minutos lo tienes calentito  en la puerta como una pizza jajá.

-pero que dices no digas gilipolleces pilar, yo no estoy saliendo con nadie solo es un amigo del trabajo y punto.

- si claro uno de los friquéis que se han apuntado al certamen de ortografía ¿no? –Pregunta irónicamente.

Entonces todas nos echamos a reír y Susana pone su peor cara  de enfado, frunce aún más el ceño, traga saliva, respira y le contesta a pilar:

-Pilar eres imbécil, pareces tonta tía pues claro que no, yo tengo capacidad para aspirar a un nivel de hombres al que tú nunca podrás llegar.

Entonces miro a mi madre que nos está mirando con una cara de no muy buenos amigos porque por lo que se ve está escuchando la conversación.

-chicas yo creo que es mejor que nos vallamos yendo ¿No creéis?

 Les pongo mi mirada asesina y le doy señales de que mi madre nos está escuchando, la verdad es que me tenía que haber independizado hace mucho pero siento que si me voy mi madre no lo iba a encajar bien, yo soy lo único que le queda.

 Pilar todavía con una cara de enfado bastante obvia por el comentario tan absurdo que acaba de soltar Susan pero con educación contesta:

-Si deberíamos irnos, muchas gracias por su hospitalidad señora Morris.

Entonces me despido de mi madre  mientras pilar, Susana, Tiffany y yo salimos de mi casa.

Pilar y Tiffany son mis otras amigas las dos tienen 22 años las conocí en secundaria, recuerdo que yo, Adriana, Tiffany y Pilar solíamos quedar mucho cuando íbamos al instituto, al final Tiffany fue a la universidad de Medicina y está terminando su carrera como forense, y Pilar está terminando su carrera como estilista de moda y belleza, las dos son unas profesionales.

-¿Bueno y ahora que hacemos? ¿Supongo que habrá que llamar a un taxi? –Dice pilar.

-¿Y por qué no llevamos tu coche marimandona? ¿O el de Sam? –Sugirió Susan con tono de reproche.

-Porque seguramente después de la actuación, retrasada vallamos a ir algún sitio a tomar algo y no pienso llevar el coche, hoy quiero beber. –Contesta pilar.

Entonces las tres me miran a mí.

-¡A nooo! ¿Y por qué tengo que ser yo la que se quede sin beber? Yo tampoco quiero coger el coche. –Les digo

-Vamos Sam La otra vez me tocó a mí a menos que quieras que nos vallamos andando y con 10 minutos que queda no creo que nos dé tiempo. –Dice pilar.

-Venga vale sacare el coche. –Digo con cara de resignación.



A los dos minutos estamos de camino a la actuación, es una actuación de motoristas que hacen acrobacias con las motos, este es el primer año que voy a verlos nunca me ha interesado este rollo de las motos pero pilar y Tiffany dicen que esos tíos están muy bueno y que hacen cosas alucinantes con las motos por lo visto este año viene uno nuevo famoso e italiano y por lo visto arrasa, la verdad no creo que me sorprenda, tampoco tenía muchos ánimos de venir, a mí eso de las motos no se no me dice nada pero a lo mejor cuando vea la actuación cambio de opinión.

PROLOGO

En esta vida hay algo que me resulta muy raro y difícil de entender y es como calificamos al amor, si lo habéis leído bien, etiquetamos al amor.

-Amor verdadero.
-Amor adolescente.
-Amor entre dos personas del mismo sexo.
-Amor de una madre e hijo.
-Amor de película.
-Amor de amigas.

Y el más interesante y el que la mayoría queremos encontrar, pero pocos llegan a experimentar:

-Amor a primera vista.

Ese que desde el primer instante hace que el corazón se te acelere como nunca lo ha hecho, que al cruzar miradas se sienta la conexión de los dos sin siquiera haber mantenido contacto antes. Ese amor que te hace sonreír como una estúpida porque lo ves que él te corresponde y sabe que desde ese mismo instante vuestros corazones se han puesto de acuerdo para latir al mismo ritmo. Al unísono. Ya para siempre.

He de contaros que yo una vez pensé haber conseguido experimentar lo que es sentir lo que hacen llamar, el amor a primera vista. Y si no llega a ser por mis amigas, MIS VERDADERAS AMIGAS, aun seguiría con la venda cegadora que nos ponemos nosotros mismos cuando creemos que hemos encontrado a la persona perfecta, a nuestra mitad. Pero mi mitad se fue… Es algo que os contare algo más adelante.
Antes debo presentarme como es debido.

Me llamo Samantha, tengo 24 años y soy de Canadá pero siendo aún muy pequeñas mis padres decidieron mudarse y concluyeron que el mejor sitio seria en Barcelona.  Físicamente se podría decir que no tengo un cuerpazo de infarto, vamos que incluso yo creo que me sobran algunos kilillos. Kilillos que mis amigas dicen que son inexistentes. Pero vamos que no me quejo de mi cuerpo. Lo que más me gusta es mi cabello pelirrojo que me llega un poco más por debajo de los hombros y mis ojos color miel, mi piel es muy clara por lo que el color de mi pelo es lo que más destaca en mí.

Cuando ya tenía la mitad de mi carrera en la Universidad hecha me cambio el chip y decidí que aquello no me apasionaba, realmente lo que yo quería era mostrar al mundo como yo sentía y veía las cosas a través de la pintura, por lo que no lo dude un segundo más y me apunte a arte. Pero como todo artista que vive del arte sabe, que de ello no se puede vivir a no ser que tus cuadros se vendan como churros, que no era mi caso. Por lo que opte por captar la belleza de otra manera, a través de la lente de una cámara.

Si  soy artista y fotógrafa.

Lo de ser fotógrafa me lo sugirió mi gran amiga de la infancia Adriana. Esa chica de 24 años, por sus venas corre locura, y es que ella es eso, pura locura y espontaneidad. Morena con ojos verdes tan claros que a veces pienso que puedo ver mi alma reflejados en ellos. La envidio porque no tiene ningún complejo y la verdad  que como para tenerlos, tiene un cuerpazo que hace que cualquier hombre quisiese arrodillarse ante ella. Cosa que ella utiliza a su favor, ya que nunca ha creído en eso del amor. Recuerdo eso que me dijo un día antes de que nos separasen kilómetros y kilómetros de agua, “Si el arte que realizas mientras desnudas tu alma en esos cuadros no te basta siempre podrás demostrar al resto que hay cosas hermosas en este lugar al que llamamos mundo con esto”, no se a vosotros pero a mi dicho de esa forma me convenció. Tras  decirme eso me regalo una de las mejores cámaras del mercado con una nota que decía, “para que un día cuando acabes de capturar toda esa belleza y no sepas donde buscar más, siempre estaré yo esperándote para que me realices la mejor sesión de fotos que pueda existir. :) ” Pero al poco tiempo se mudó a Nueva York, para convertirse en una de las más conocidas directoras de Marketing. Llevamos 2 años sin vernos y aunque nos mantenemos al día por teléfono, no es lo mismo que tenerla al lado.

Pero basta de presentaciones, yo creo que ya es va siendo hora de que te adentres en las hojas de esta “mi-nuestra” historia.