ADRIANA
Salgo del ascensor para dirigirme a mi despacho. Al cruzarme
con el subdirector me sonríe y me piropea como cada mañana “Vas a volvernos
locos si sigues mostrándonos más esas piernas” me comenta mientras me da un
repaso con la mirada. Yo me rio ante su comentario.
La verdad es que hoy me apetecía sentirme más sexy de lo
habitual, por lo que he cogido una falda lápiz negra junta con una blusa roja
de seda con unos tacones del mismo color que la falda. Maquillaje ligero y
natural pero con mi toque especial y mi cabello he decidido dejarlo suelto, por
no complicarme. Paso por delante de mi secretaria la cual me hace un gesto para
que me detenga. Esta se levanta de su asiento con una carpeta en mano y mi
habitual capuchino de todas las mañanas. Tras informarme de todo lo demás entro
en mi despacho y me dispongo a trabajar.
La mañana trascurre como habitualmente hasta que mi
secretaria me dice que tengo una llamada desde España. Lo cual me emociona ya
que hace semanas que Sam y yo no hablamos.
Cojo el teléfono y lo primero que escucho es:
-¿Cómo está mi neoyorquina favorita? –Con una alegría casi
imposible de aguantar.
-¿Te has caído de la cama o es que me echabas de menos?
–Bromeo, por lo que las dos reímos, -aquí son poco más de las 11 de la mañana
por lo que allí ni a amanecido.
-Ya pero es que como me he desvelado pues te llamo para
joder un poco.
-Vaya que puta y yo que pensaba que me extrañabas –Le digo
haciéndome la dolida.
-Eso también –Me contesta mi amiga en un tono de coña.
-Si ahora intenta arreglarlo. –Le digo mientras me rio.
Nos quedamos unos segundos en silencio.
-¿Alguna novedad en tu vida por Barcelona? –Le digo para
continuar.
-Bueno el otro día… -Me cuenta tímida.
-¿El otro día…?
-Conocí a un tío súper buenorro que me dio su número.
-Hay, hay mi niña usando sus armas de mujer como yo le he
enseñado. –Completamente orgullosa de ella.
-Pero si no hice nada. –Me aclara.
-No te quites merito tonta, seguro que con tu mirada lo
cautivaste o seguro que le enseñaste tus pechotes y el pobre no se pudo
resistir. –Le digo de broma para hacerla reír.
-Madre mía… Estas fatal, deja de beber sea lo que sea que
bebas. –Dice mientras intenta aguantarse la risa.
-Venga ya me pongo seria.
-Eso espero
-¿Te lo has tirado ya?
-¿No que te ibas a poner seria?
-El sexo es algo muy serio para mí. –Es algo que sabe de
sobra de viniendo de mí, pero aun así se lo recalco.
-No tienes remedio.
-Eso ya lo sabes hace tiempo… bueno Sam, ¿Me vas a contar o qué?
–Le pregunto ya un poco más intrigada.
-No, no me lo he tirado…
-¿Y a que estas esperando? Si esta tan bueno no sé a qué
esperas.
-Es que creo que no me gusta de esa manera, ya sabes a lo
que me refiero.
-No muy bien, ya sabes que para las cosas de cama y
sentimientos soy una escéptica.
-Pues que no quiero que sea solo sexo coño. –Me dice en un
tono más alto de lo normal.
-No me digas que te estas enchochando de él, mira que eres
lerda con lo fácil que es echar un polvo y si te he visto no me acuerdo.
-No todas somos tan…
-Dilo. Tan activas sexualmente como yo. –Sonrió.
-¿Así es como lo llamas?
-Y muy orgullosa que estoy de ello.
-¿Y tú que tal por la gran manzana? –Me pregunta para
cambiar de tema.
- Pues como siempre.
-¿Ya está? ¿No me vas a decir nada más?
-¿Qué más quieres que te diga?
- No sé, normalmente me cuentas que te has tirado a algún
famosillo.
-Es que he estado de trabajo hasta arriba.
-¿Seguro que estas bien? –Me conoce demasiado, sabe que la
estoy mintiendo, pero aun no pienso contarle nada, quizás ni siquiera merezca
la pena.
-Estoy mejor que nunca, oye te tengo que dejar que tengo
otra llamada. –Y pulso el botón de colgar antes de que Sam pueda articular
palabra a modo de respuesta.
No quiero contarle lo del tío que me invito en el bar, porque
sé que empezara a echarme la charla, que si debo sentar la cabeza, que si debo
darle una oportunidad… patatín patatán. Me lo han repetido miles de veces, aun
sabiendo que eso nunca va a pasar.
Me quiero demasiado como para que un tío desvié mi atención
sobre el más de 3 segundos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario